- Familias de Managua esperaron por más de 24 horas, para obtener provisión otorgada en Purísimas del Estado.
Por más de nueve días, las calles de varios barrios de la Capital se vieron inundas por miles de personas formando enormes filas que parecían no acabar, en los altares de las Purísimas estatales. Todo por obtener un saco en el que gratuitamente se conseguía algunos productos de la canasta básica.

LA gente pasó por más de dos días haciendo fila por su paquete, en las afueras de las ofícinas del Distrito II del ALMA en Batahola Norte.
Niños perdidos, desmayados, y pleitos por un lugar dentro de las filas. La tradición en honor a la Inmaculada Concepción de María, sin dudas es una oportunidad que aprovechan algunas personas para satisfacer necesidades alimenticias. Dormir en las calles no es un obstáculo para las personas que se dedican a andar en búsqueda de la próxima Purísima estatal, para conseguir su saco de provisiones.
La calle principal de Batahola Norte, se convirtió por más de dos días, en el dormitorio de un sinnúmero de personas que desde la mañana del viernes se dispusieron a hacer filas en las afueras del Distrito II, de la Alcaldía de Managua (ALMA). Al igual que en Batahola Norte, el Centro Cívico en el sector del Zumen, la Plaza La Biblia, la Contraloría General de la República, entre otros puntos estratégicos, también formaban parte de estos escenarios.
Las celebraciones en honor a la Purísima e Inmaculada Concepción de María, es una tradición de todas y todos los nicaragüenses, sin embargo hoy en día también se ha convertido en una festividad que se aprovecha para destacar las necesidades de algunas personas pobres. Lo más inconcebible, es la exposición de los niños y niñas en las calles, tal es el caso de Juana Cruz que guardó lugar en las afueras del ALMA Distrito II, por dos días acompañada de sus cuatro hijos, “todo por obtener mi saquito” dice.
No solo obtenían un paquete, la gente conseguía meterse en varias ocasiones entre las multitudinarias filas para lograr varios paquetes. Las cadenas formadas por la Juventud Sandinista, no daban abasto, los trabajadores del Estado también son los encargados de repartir, y por ende salen lastimados cuando los paquetes se agotan.

En la Purísima ubicada en Plaza La Biblia, hubo niños desmayados por asfixia, y una fila incontrolable razón que obligó a los trabajadores del Estado a dejar de repartir
Hace unos siete años, solo en el barrio más Mariano de Managua, Monseñor Lezcano al igual que en otros lugares de gran trayectoria cultural, se veían enormes filas cada siete de diciembre. Ahora al iniciarse la novena con los altares móviles de los entes del Estado desde el 28 de noviembre hasta 7 de diciembre, en diferentes barrios de Managua se puede notar la desesperación y aglutinamientos por obtener un saquito solidario. No se podría comprender si es por la carestía de la vida, o por dependencia económica de algunas personas, solo se sabe que las Purísimas son parte de la cultura y devoción del pueblo nicaragüense.
Altares móviles por toda la Capital
En el resto de la Capital, como es el caso de los barrios cercanos al Centro Comercial Managua; las personas desde el día anterior a la repartición del saco provisional, comenzaban a crear filas hacia la escuela Salvador Mendieta. Lugar en donde se instaló un altar móvil.
Las filas en esa zona estaban adornadas por personas con hamacas, sillas playeras , mecates e inclusive piedras para ya asegurar el lugar, desde las 4:00 de la tarde del 6 de diciembre. Muchas familias tuvieron que estar a la intemperie, solo para esperar lo que en la Virgen María se les daría. Rostros cansados, personas tensas y ojos desvelados era la decoración que tenía la Colonia Centroamérica, previo a la repartición.
Por supuesto, el peso de los cargados sacos no era inconveniente para las familias, quienes con sus rostros ya moderados caminaban rumbo a sus hogares; mientras coreaban, «bien ganado tengo este saco» o bien » Aquí tenemos para el mes». Mientras los infantes ya se alistaban para ir a dejar el saco a sus casas y regresar a la Gritería.
Probablemente se comience a perder el verdadero sentido de las fiestas Marianas. Tal vez llegó el momento en que algunas personas priorizan los beneficios alimenticios que deja este día , y se vaya perdiendo el sentido de la devoción a la Virgen María.
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